lunes, 20 de agosto de 2007

Un domingo cualquiera

Ayer fue un domingo cualquiera y nosotros hicimos las cosas que hacen los domingueros, o sea, nada especial.
El día arranco sobre el mediodía cuando después de preparar unas empanadas caseras (acá se consiguen las tapas así que sólo es cuestión de armar el contenido), nos fuimos al rastro. El rastro es mercado de pulgas o allllgo así. Se consigue lo que busques, a precios chinos o casi.
Dado que necesitabamos unos DVDs vírgenes, y los precios del Corte Inglés son estratosféricos en lo que son accesorios, el rastro nos dió la solución.

Este mercadito cierra temprano, tipo 14:30, 15 hrs. Así que ahí mismo rumbeamos hacia la Casa de Campo, lugar que nó conocíamos.
La Casa de Campo, es un parque público enorrrrrme (1.700 hectáreas) que queda al oeste de la ciudad de Madrid. Originalmente era el coto de caza de la realeza española, y ahora es un lugar muy piola para pasar el día.

Para aquellos menos perezosos, existen alternativas como visitar el zoológico de Madrid, o el parque de atracciones (al estilo Disney) que hay dentro del predio. También hay cientos de caminitos de tierra ideales para andar en bici o mountain bike.

Entrada al zoo:
Pero dado que nosotros somos muy perezosos, especialmente los domingos, buscamos una mesa bajo un árbol y sacamos nuestras queridas empanadas, dándole envidia a más de un transeúnte.

El tereré fué para la tarde, después de la siesta.

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